Yo y mi boa Mariasun Landa

Donostia Kulturak kultur eskaintzari eusteko apustua egin zuen 2020 udaberrian, Covid-19ak eragindako konfinamendu garaian: DK Etxean. Euskal idazle eta ilustratzaileek www.donostiakultura.eus webgunean argitaratzeko propio sortu zituzten kontakizun laburrak bildu zituen eta Koadernoa izeneko egitasmo horretarako idatzitako testua duzue ondorengoa.

Yo y mi boa

Visible o no la boa existe. Es casi más imperceptible que un virus pero forma parte de mí. Y la siento en toda su extensión cuando camino sola, a veces. Entonces, mi boa se convierte en un largo cordel al que han atado todo tipo de latas vacías abolladas y cacharros inservibles a modo de esos coches de recién casados que, al arrancar, meten un gran estrépito entre las risas y algarabías de los invitados que les han gastado esa broma.

Mi boa pesa, yo no soy un coche pero mis pensamientos son semejantes a esa cacharrería estrepitosa. También brincan, tropiezan, saltan, todo ruido y confusión: recuerdos, frases sueltas, fotogramas inconexos, asociaciones estrambóticas. Ramalazos y fulgores del ayer, del antes de ayer, del casi hoy, de lo que será mañana si hay oportunidad, obsesiones, monotemas, replanteamientos, decisiones que luego se confirman imposibles... la boa es cada vez un cordel más largo con los años, músculo fluctuante. Mete cada vez más ruido.

A la boa debo mi caminar cansino, aunque al cabo de un tiempo de andar por la naturaleza, va soltando lastre, encogiéndose hasta poder enroscármela bajo las costillas, a modo de cinturón, de faja calentita y si es preciso, la dejo subir hasta la garganta, convertida en confortable bufanda, en un foulard, quizás como aquel que llevaba Isadora Duncan en su Bugatti, causa de su fatal estrangulamiento. En todo caso, con la boa de bufanda puedo hasta bailar, aunque lo hago pocas veces.

Otra cosa es cuando se me sube a la cabeza.

Entonces, sencillamente, pido consulta con el siquiatra.